El presidente Andrés Manuel en reiteradas ocasiones ha declarado su intención de enviar una iniciativa al Congreso, con el fin de desaparecer los Organismos Constitucionales Autónomos “OCA”; mismos que gozan de autonomía financiera, administrativa y de decisión de acuerdo con nuestra Constitución.
Cierto es que desde el punto de vista tradicional de separación de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), los OCA surgen con cierta independencia de estos poderes, y podrían ser vistos, como una especie de Cuarto Poder Ciudadano.
Mismos que ha resultado incómodos para quienes ejercen el poder desde cualquiera de los poderes mencionados, pero principalmente para el ejecutivo; esto como reflejo de la fiscalización por parte de los OCA hacia su ejercicio de gobierno. Donde, por ejemplo, el INAI ha sido una herramienta poderosa para entre otras cosas, enterarnos de los jugosos contratos otorgados a la prima del presidente, quien primero los negó, y luego tuvo que aceptar a medias su existencia, queriendo minimizar el tema.
Por su parte el INE que es un resultado de luchas sociales, y el clamor social, por tener elecciones limpias y fuera de toda sospecha de fraude electoral, considero ha sido un OCA con grandes avances, hoy en día en México, la discusión principal no está centrada en el fraude electoral, sino más bien, se centra en la eficacia de los gobiernos, es decir, en los resultados del desempeño de los gobernantes democráticamente electos gracias al INE y su andamiaje institucional y organizacional.
Claro está que le resulta incómodo a un Presidente como AMLO (quien es más que evidente, que dice la última palabra en su gobierno y no le gusta que le contradigan) que el INE le diga que tiene que suspender sus conferencias matutinas popularmente conocidas como las mañaneras. Ya que parece gustarle al presidente más el rol de comunicador que de presidente.
Los OCA son producto de luchas sociales, que a lo largo de la historia de nuestro país se han venido consolidando, unas en mayor y otras en menor medida, pero que simbolizan en general más un avance en términos de fiscalización, transparencia y rendición de cuentas al ejercicio de poder (INAI), así como al control de los mercados (Banco de México, COFECE, IFT) y por supuesto al registro estadístico de lo que es México (INEGI y CONEVAL) sin posibilidad de maquillar cifras para mentir sobre los resultados del gobierno.
Desaparecer los OCA ya sea en el imaginario (declaraciones) o en los hechos (enviar y aprobar dicha iniciativa), sin duda alguna sería un gravísimo error y un gran retroceso del avance que como sociedad y cultura democrática en México hemos logrado; simplemente no se puede ser juez y parte en temas de transparencia y rendición de cuentas, que por cierto, es un derecho humano universal el acceso a la información pública.
El cuarto poder ciudadano no puede, ni debe desaparecer por capricho personal alguno, muy por el contrario, mejor pensar en cómo reforzar su estructura, desempeño y organización desde el punto de vista normativo, pero sin borrar y retroceder lo que se ha logrado en este rublo.
No hay nada más conservador, que evitar la transparencia y rendición de cuentas, así como la fiscalización del ejercicio del poder.
Héctor Ruíz López – hector.ruiz@rediberoestudios.org
Director General de la Red Iberoamericana de Estudios de Gobierno, Política y Gestión Pública; Profesor Investigador del Departamento de Políticas Públicas e integrante del Instituto de Investigación en Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción CUCEA – UdeG
Última actualización: 01/24/2021